Sentinel del Norte, la isla de los caníbales

sentinel del norte

Cuando estamos con el móvil en la mano, hiperconectados, pensamos que el mundo es pequeño y moderno y que estamos ya en pleno siglo XXI. Pero lo cierto es que el mundo sigue siendo vasto y que aún quedan rincones lejos de la modernidad donde se vive igual que hace siglos.

Uno de estos rincones en la Isla Sentinel del Norte, pequeña isla de la Bahía de Bengala que pertenece al archipiélago de las Andaman. Se la conoce como un zoo humano, pero durante mucho tiempo se la conoció como la Isla de los caníbales

Isla Sentinel del Norte

ubicación sentinel del norte

Como dije forma parte del archipiélago de las Andaman, un grupo de islas que está en la Bahía de Bengala a su vez situada entre Myanmar y la India. Gran parte de estas islas forman el Territorio de Andaman y las Islas Nicobar, dentro de India.

La gente que la habita ha tenido realmente muy poco contacto con otras poblaciones a lo largo de su historia y se los conoce como sentineleses. Básicamente es una tribu de cazadores y recolectores y como tal vive de la caza, la pesca y la flora local.

Los sentineleses

aldea sentinel norte

Cazadores y recolectores, no agricultores. No cultivan la tierra y se cree tampoco han desarrollado métodos para encender fuego así que los antropólogos consideran que viven en estado primitivo.

No son un grupo grande aunque no se puede decir una cifra exacta, entre 50 y 500 personas. Tampoco se sabe cómo los afectó el tsunami de 2004, así de poco se sabe de ellos.

sentineleses agresivos

Los sentineleses son de tez oscura, bajos y de cabello afro. Lo poco que se sabe de ellos sigue siendo lo que se aprendió merced a muy pocos contactos a fines del siglo pasado: viven en chozas sin separaciones internas, el piso está hecho de hojas de palmas y no son grandes. Las familias comparten una y hay una choza mayor para las reuniones y ritos religiosos.

sentineleses agresivos

Esta gente no conoce el trabajo en metal porque prácticamente no hay metales en la isla, así que lo poco que tienen de metal parece que es lo que ha ido apareciendo en sus costas. Es el caso de un par de cargueros que encallaron en un arrecife coralino cercano y cuyo contenido les proporcionó objetos de hierro.

La isla tiene tres lagunas así que los sentineleses ni siquiera deben pescar en el mar más allá de los arrecifes coralinos que los protegen. Empujan sus balsas con remos que tocan el fondo y nada más.

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El contacto con los extranjeros ha sido poco y de resultados diversos: los ingleses llegaron a fines del siglo XIX y tomaron prisioneros pensando en devolverlos con regalos importantes. Pero un par murieron así que devolvieron dos niños, con regalos sí, que desaparecieron en la jungla rápidamente. Parece que a los británicos no les interesó mucho la isla porque no regresaron más.

En los años ’60 del siglo XX regresaron los indios pero los sentineleses se metieron en la jungla y no pudieron hacer contacto con ellos. Posteriormente la Armada de la India ancló cerca y dejó algunos regalos en la playa. Ya en los ’70 una expedición de antropólogos volvió a intentarlo, con mejor suerte, pero nada significativo pudieron obtener.

Lo divertido de todo esto es que en 1974 regresaron con un equipo de National Geographic y los sentineleses les salieron al cruce atacándolos con flechas. Como los españoles en América les dejaron juguetes, utensilios de cocina, cocos y hasta un cerdo vivo. Volaron las flechas de nuevo y una hirió al director del documental…

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Recién en los ’90 los sentineleses dejaron que los barcos se acercaran un poco más pero nunca del todo. Al final el gobierno indio dejó de intentar tener contacto, por eso tampoco se sabe bien cómo los afectó el tsunami de 2004.

Ya en el siglo XXI se sabe que mataron a un par de pescadores que debieron pasar allí la noche y que espantaron helicópteros con piedras y flechas. Qué oiga quien quiera oír, ¿no es cierto? Está clarísimo que esta gente no quiere saber nada con lo que llamamos Civilización.

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Para algunos es una suerte de tesoro, para otros un zoológico humano. Es que los antropólogos creen que los sentineleses llevan viviendo en la isla unos 65 mil años, es decir 35 mil años antes de la última Edad de Hielo y 55 mil años antes de que desaparecieron los mamuts de América del Norte y 62 mil antes de que supuestamente se construyeran las pirámides.

Se cree que esta gente desciende directamente de los primeros humanos que salieron de África así que es maravilloso. Los antropólogos también tienen una teoría sobre su conducta agresiva y cerrada: la isla está en el camino de varias rutas antiguas entre Europa, Medio Oriente y el Sudeste Asiático, rutas esclavistas también, así que suponen que por su apariencia afro deben haber intentado desembarcar y capturar gente.

De aquí su hostilidad y su deseo de permanecer fuera del mundo. ¿Pero de dónde viene su fama de caníbales?

Los sentineleses, ¿caníbales?

sentineleses

Esta fama también los ha debido proteger de los extranjeros curiosos o de los esclavistas. Siempre ha corrido por la zona el rumor de que la gente de las Islas Andaman es caníbal. No hay evidencias, pero tal vez la idea provenga de que algunas tribus utilizan los huesos de sus ancestros como bisutería. ¡Los cráneos incluidos!

Ptolomeo, el astrónomo griego, habló ya en el siglo II a.C sobre la isla de los caníbales en el Golfo de Bengala así que la leyenda de los caníbales siempre circuló entre los marineros. Incluso Marco Polo describió a la gente del archipiélago en general como «una raza de salvajes y de brutos que matan y comen a todo extranjero que pise sus tierras«.

Un poco de aquí, un poco de allá, gente adornada con huesos humanos y listo, tenemos la leyenda de los caníbales. Y por si fuera poco, nadie puede conocer a esta gente para decir que no es verdad.

Tal vez nunca naveguemos por las aguas de la Bahía de Bengala así que te propongo algo: enciende tu ordenador, ingresa a Google Earth y espía un poco esta parte del mundo. Podrás ver fotos satelitales de la isla. No muestran gran cosa, es cierto, apenas una isla con una densa jungla y la figura del carguero encallado en los años ’80.

Los sentineleses siguen lejos de la mirada del mundo, un mundo donde hoy todos miran a todos… menos a ellos.


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